martes, 8 de marzo de 2016

Nuestra Botella de la Calma (herramienta Montessori)




Uno de los motivos por lo que me gustan tanto los blogs, por lo que soy fiel seguidora de muchos y por lo que me animé a empezar con el mio propio es porque, he aprendido y aprendo tanto leyendo nuevos post...!!, que cada día descubro algo o me encuentro con una curiosidad nueva.

Y así es como hace unos días, leyendo a Marta de Una pajarita para Nico, descubrí La botella de la Calma. Una herramienta más de las utilizadas en la metodología Montessori que seguro muchos conocéis o habéis oído hablar ya. Marta es una mamá que se preocupa se ocupa de las emociones de su pequeño, interesada en el método educativo Montessori y en la práctica del Mindfulness en el día a día de mayores y pequeños...Para mi todos los temas que trata en su blog son súperinteresantes y me siento muy reflejada en su filosofía de vida y su visión de la crianza. Yo no la pierdo de vista ya!! Os recomiendo que os deis una vuelta por su blog, dónde tiene muchas herramientas como ésta, que seguro os va a gustar.

Hacernos con una botella de la calma es muy sencillo y además podremos aprovechar para convertirlo en una actividad DIY para hacer con nuestros peques como hicimos nosotros. Una tarde de estas lluviosas le propuse a la tropa fabricarla y allá que nos pusimos (yo creo que de momento les motivó más el hacerla que sus usos futuros, pero bueno...ahí la tenemos)


¿Qué necesitamos? ¿Cómo lo hacemos?

Los materiales que necesitamos son muy de andar por casa con niños, por suerte me puse a recopilar y lo teníamos todo.

  • Un tarro/botella con su tapa/tapón. Puede ser de cristal si no tenéis otra cosa, pero mejor plástico para que lo puedan manipular sin peligro los niños. 
  • Agua caliente
  • Pegamento líquido transparente o gomina del pelo
  • Purpurina de colores, tamaños y formas variadas
  • Colorante alimentario para darle un poco de color al líquido
  • Pistola silicona caliente o superglue para sellar la tapa y que no puedan abrirla 

Ahora es muy sencillo...Llenamos la botella con agua caliente hasta más o menos la mitad.
Añadimos el pegamento o gomina. La función de este componente es crear diferentes densidades para que las purpurinas se muevan más despacio, cuanto más pegamento o gomina añadas más lento se moveran las purpurinas al agitarlas.

Aquí tengo que hacer un inciso: (Nosotros añadimos también champú infantil transparente como indicada Marta en su post, que lo único que hizo fue crear espuma, igual no era el adecuado, pero yo creo que se puede sustituir este elemento y simplemente con gomina o pegamento valdrá)

A continuación añadimos un poco, muy poco, de colorante hasta que coja el color deseado. Añadimos también las purpurinas, en la cantidad y variedad que quieras. Mezclamos y añadimos más agua caliente para terminar de rellenar la botella, dejando un hueco libre para que se mueva el contenido al agitar. Sellamos la tapa/tapón para que no lo puedan abrir los niños si tienen la tentación y........voilá! Ya tienes tu botella de la calma!!


¿Para qué sirve? ¿Cómo se utiliza?

Ahora la siguiente fase, y la más importante...el uso que le daremos a esta botellita mágica.

Ya os he dicho que mi tropa disfrutó mucho fabricando cada uno su Botella de la Calma y ahora ahí las tenemos, cada uno la suya en su habitación esperando el momento de ser útil. Espero que disfruten en esos momentos tanto observándola.

Se trata de una herramienta de autocontrol para ayudar a los niños a gestionar sus emociones y a canalizar su energía. A mi, como a muchos de vosotros padres/madres, me agobia un montón cuando mis hijos pierden el control, les domina una rabieta y no son capaces de gestionar sus impulsos.
La gran mayoría de las veces nuestra reacción ante estos episodios es equivocada, ya que tendemos bien a ponernos a su nivel regañándoles y castigándoles, o bien a ignorarles. Ambas posturas lejos de solucionar el problema nos causan mucha más tensión, tanto a nosotros como a nuestros hijos.

La forma más natural de gestionar ese momento de descontrol es ayudando al niño a rebajar su nivel de ira, facilitando que por él mismo se calme y pueda sentirse mejor. La botella de la calma es esa herramienta que podemos darles para ayudarles en esa tarea. Es esa herramienta que les puede aportar el momento de parada y meditación tan necesario en el transcurso del día.

Según estudios realizados, el momento de observación después de agitar la botella y mientras cae la purpurina ayuda a organizar y centralizar su sistema nervioso.

A los niños es necesario acompañarles en ese momento y quizás explicarles el símil. Haciéndoles entender que, al igual que la botella cuando se agita hace que la purpurina se mueva muy rápido (como sus emociones y pensamientos cuando están nerviosos o enfadados), cuando se para la botella la purpurina empieza a moverse más despacio hasta quedarse quieta en el fondo (como ellos cuando se calman).

Nosotros estamos empezando a introducirla en nuestros momentos de estrés y creo que también los mayores la vamos a utilizar cuando necesitemos contar hasta 10....

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